sábado, 3 de julio de 2010

¿Miedo? ¿Miedo de qué?


Bonita reflexión... Compartido por Alexiis.


En una bonita tarde primaveral, un anciano y su nieto, un joven que no pasaría de los 14 años, paseaban apaciblemente por un gran bosque de hayas. El chico estaba pasando unos días con su abuelo en su casa de campo.

El anciano notó en la cara de su nieto algo que le hacía estar inquieto y nervioso. Así que le llevó a un sitio precioso, cerca de su casa, donde se sentaron esperando el ocaso del sol. Allí le preguntó:

- ¿Qué te pasa Ismael?

- No lo sé abuelo – respondió cabizbajo Ismael – siento un gran temor últimamente.

- ¿Qué clase de temor es ése? – preguntó de nuevo su abuelo.

- Cuando veo las noticias en la televisión, toda esa violencia, odio y locura que reina en el mundo, siento un miedo terrible y me pregunto si habrá un futuro mejor para todos nosotros.

Durante unos instantes Ismael se quedó callado, mirando al cielo. Luego prosiguió:

- Además, como ya sabes, mis clases han terminado y papá y mamá me quieren llevar a una nueva ciudad para ingresar en un colegio privado, donde tendré que estar interno y ya sabes, conoceré gente nueva, nuevos compañeros, nuevos profesores, nuevas clases...¡es como volver a empezar!

-¿Y qué hay de malo en eso? – volvió a preguntar el abuelo.

- Esto me asusta e incluso no duermo bien por las noches – respondió Ismael – y sobre todo no volveré a verte durante un año.

Mientras decía esto le caían pequeñas lagrimas de sus ojos.

- ¿Por qué tengo tanto miedo al futuro y a los nuevos cambios?

- Querido Ismael – susurró el anciano,- me recuerdas mucho a mi cuando tenía tu edad y le hice la misma pregunta a mi abuelo, tu tatarabuelo. El también sonrió, como yo lo estoy haciendo ahora; sacó un pequeño libro de su bolsillo y me leyó unas páginas.

De todas ellas memoricé un pequeño fragmento que ha permanecido en mi mente durante todo este tiempo y que refleja bastante bien lo que te está ocurriendo. Ahora quiero compartirlo contigo. Así que escucha atentamente:

“Jamás estamos solos en el camino de la vida, siempre habrá alguien que nos ayude a dar el paso adecuado. Quizás tropezamos, quizás no.”

“Este camino nos deparará muchas sorpresas, muchos atajos, muchas encrucijadas, en las que nuestro corazón será el único guía que nos haga escoger lo mejor y más conveniente para nuestras dudas. Sentiremos muchos temores al pensar si hemos elegido bien o por el contrario nos estaremos equivocando y tendremos que dar la vuelta regresando al punto de partida.”

“Andaremos lentos cuando el camino se haga cuesta arriba, y más de prisa cuando sea cuesta abajo. Trataremos de evitar las piedras del camino, sorteándolas, apartándolas, ignorándolas, pero no tardaremos en darnos cuenta de que ellas siempre van a estar allí, porque forman parte de ese sendero en el que nos encontramos.”

“Conocerás a muchos hombres y mujeres a lo largo de él; unos vuelven porque no han encontrado el final o se han perdido; otros prefieren volver al trecho fácil y conocido que al difícil y desconocido; otros te parecerán como sonámbulos sin saber donde están; otros irán sin rumbo fijo, a la aventura, sin importarles si hay un principio o un final en su destino; otros caminarán porque todo el mundo camina por ese sendero y, normalmente, la mayoría siempre tiene la razón; otros irán a tu lado durante un tiempo, pero las dificultades y penalidades que encontréis les harán dar la vuelta; otros como tú caminarán siempre hacia adelante, intentando no retroceder sobre sus pasos anteriores, porque saben que al final del camino encontrarán lo que estáis buscando, algo que siempre ha estado allí esperándoles, alegóricamente, con los brazos abiertos.”

“Habrá períodos de mucha luz y épocas de tremenda oscuridad, que nos harán vacilar, dudar si realmente merece la pena seguir. En estos momentos hay que tener fe y esperanza en el futuro, alejar todos nuestros miedos y pensar que mañana todo va a cambiar, ya que el camino nunca podrá ser siempre así.”

“Paso a paso iremos aprendiendo cada vez más de Él, nos dará fuerza y confianza para seguir hacia adelante, hasta que un día lleguemos a la meta deseada y un gran premio nos será concedido.”

“EL CAMINO DE LA VIDA NOS DA LA EXPERIENCIA Y LA EXPERIENCIA EN EL CAMINO NOS DA UNA VIDA MEJOR.”

- Son unas palabras muy bonitas, abuelo – dijo Ismael.

- Yo también lo pensé cuando mi abuelo me las leyó y creo que desde ese día mi vida giró 180 grados. Las tuve siempre presentes en mi vida y cada vez que me surgía algún miedo recurría a ellas.

-¿Por qué tenemos tantos miedos en nuestras vidas? – preguntó Ismael.

- No lo sé, Ismael – contestó el abuelo – Quizás porque forma parte de nuestra genética, a través de muchas generaciones han ido pasando de padres a hijos como algo común en todos nosotros, como la envidia o la avaricia. Ahora pienso en la necesidad humana de librarnos de una vez por todas de él y convertirlo en amor. Imagínate un mundo donde todos nos amáramos y ayudáramos mutuamente, en vez de temernos por el daño que nos podamos causar, tanto física como psíquicamente.

- ¡Sería un mundo maravilloso! – exclamó entusiasmado Ismael.

- Ya lo creo – prosiguió el abuelo. – Todos pensaríamos en compartir, sin tener que temer si le dejo esto o lo otro a una persona yo me quedaré sin ello; en ayudar a cualquier ser humano sin tener que temer si en la misma situación, él lo haría por nosotros; en reír juntos e incluso con desconocidos y no temer si esa otra persona se ríe de nosotros o piensa que te estás riendo de él; en trabajar en armonía, sin temer que otra persona nos pueda quitar nuestro trabajo o vaya a ascender a un puesto superior a nuestra costa... Es increíble la cantidad de cosas que se te pueden ocurrir referente a los problemas que te causan los miedos.

- Creo abuelo – dijo Ismael - , que a partir de ahora veré al miedo como un pensamiento que se puede transformar en algo positivo y bello, como el gusano de seda con su feo cuerpo se convierte en una bonita mariposa. Así no me podrá impedir realizar mis sueños, ilusiones y esperanzas.

- Muy bien, Ismael – dijo el abuelo, con un gran sonrisa en sus labios. – Este es un buen comienzo. Transmite todo lo que has aprendido hoy a tus amigos, compañeros de clase, a tus mayores, a la gente que conoces y conocerás en un futuro, e incluso a tus hijos si algún día los tienes. No importa si en ese momento te hacen caso o no les interesa. Tus palabras quedarán grabadas en su mente y antes o después saldrán a relucir en su vida, inconscientemente en unos y conscientemente en otros. Hasta que llegue el día en que el miedo sea tan sólo un recuerdo de antiguas generaciones, un viejo problema que tuvo hace mucho tiempo la humanidad, pero ya es historia.

Quizás creas que tú solo no puedes lograr todo esto, pero piensa, por ejemplo, que de una célula se creó otra y otra y así hasta que a través de los años dieron lugar a la vida que convirtió este planeta maravilloso en el mejor de nuestra galaxia. O en hombres como Jesucristo, que con todo su amor cambió el rumbo de la Humanidad en esa época de injusticias y violencia. Un solo ser puede cambiar muchos pensamientos erróneos e inútiles que nos impiden evolucionar a los demás seres humanos.

- Gracias abuelo – susurró Ismael – nunca olvidaré este momento y tus bellas palabras. Estoy muy contento de estar aquí contigo.

- Eres un buen chico – dijo el abuelo, manteniendo una mirada de profunda serenidad. – Espero que tú y tu generación cambiéis este loco mundo y por fin el hombre viva en armonía con sus semejantes, con la Madre Tierra y con el Universo. Ahora volvamos a casa con un pensamiento positivo: MAÑANA SERÁ TODO MUCHO MEJOR DE LO QUE FUE AYER.

El abuelo abrazó a su nieto y juntos volvieron por el ancho camino que llevaba a la casa. Mientras, el sol se iba ocultando lentamente en el horizonte, presagiando de alguna manera un nuevo y esperanzador amanecer.

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